Las bodas de cana texto biblico

La boda cana iglesia

La “primera señal” de Jesús (Juan 2:11), convertir el agua en vino en las bodas de Caná, sienta las bases para comprender las señales posteriores. No se trata de un truco de salón para llamar la atención. Lo hace a regañadientes, y el milagro se oculta incluso al dueño del banquete. Jesús lo hace sólo ante la apremiante necesidad humana y para honrar la petición de su madre. (Quedarse sin vino en la boda habría supuesto una gran vergüenza para la novia, el novio y sus familias, y esa vergüenza habría perdurado mucho tiempo en la cultura del pueblo de Caná). Lejos de ser un impasible (como algunos griegos consideraban a Dios), Jesús se muestra como el Hijo amoroso y sensible del Padre amoroso y eterno y de la amada madre humana.

El hecho de que convierta el agua en vino demuestra que se parece al Padre no sólo en el amor, sino también en su poder sobre la creación. Los lectores atentos de Juan no deberían sorprenderse de que el Verbo que hizo todas las cosas, ahora hecho carne él mismo, sea capaz de traer bendiciones materiales a su pueblo. Negar que Jesús puede hacer milagros sería negar que Cristo estaba con Dios en el principio. Lo más sorprendente, quizás, es que este milagro aparentemente imprevisto acaba señalando inequívocamente el propósito último de Jesús. Él ha venido para atraer a la gente a la consumada fiesta de bodas de Dios, donde cenarán juntos con Él. Las poderosas obras de Jesús, realizadas con las cosas del presente orden mundial, son bendiciones asombrosas en el aquí y ahora; y también apuntan a bendiciones aún mayores en el mundo venidero.

Juan 2 esv

Al tercer día se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús. También Jesús fue invitado a la boda con sus discípulos. Cuando se acabó el vino, la madre de Jesús le dijo: “No tienen vino”. Jesús le dijo: “Mujer, ¿qué tiene que ver esto conmigo? Todavía no ha llegado mi hora”. Su madre dijo a los criados: “Haced lo que él os diga”. …

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Al tercer día se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. También Jesús fue invitado a la boda con sus discípulos. Cuando se acabó el vino, la madre de Jesús le dijo: “No tienen vino”. Jesús le dijo: “Mujer, ¿qué tiene que ver esto conmigo? Todavía no ha llegado mi hora”. Su madre dijo a los criados: “Haced lo que él os diga”. …

Y el gozo y la alegría han sido quitados del campo fértil, y en las viñas no se cantan canciones, ni se alzan vítores; ningún pisador saca vino de los lagares; yo he puesto fin a los gritos.

Otros, burlándose, decían: “Están llenos de vino nuevo”. Pero Pedro, de pie con los once, alzó la voz y se dirigió a ellos: “Hombres de Judea y todos los que habitan en Jerusalén, sabed esto y prestad oído a mis palabras. Porque esta gente no está borracha, como vosotros suponéis, ya que sólo es la tercera hora del día.

La boda en cana

El milagro de Jesús de convertir el agua en vino en las bodas de Caná es el primero de los milagros de Jesús relatados en el Evangelio de Juan, y como tal marca un momento decisivo en la historia de la divinidad de Jesús. Pero hay varios detalles misteriosos en el relato que merecen un análisis más detenido, sobre todo la cuestión de dónde estaba exactamente “Caná”.

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En Juan 2:1-11 se relata el milagro. Jesús, su madre y sus discípulos asisten a una boda en el pueblo de Caná. Cuando se acaba el vino en la fiesta, Jesús convierte el agua en vino, demostrando así su divinidad a sus discípulos.

Ahora llegamos a un momento importante de la historia. Jesús replica bruscamente: “Mujer, ¿qué tengo yo contigo? aún no ha llegado mi hora”. En otras palabras: “Mujer, ¿qué voy a hacer contigo? ¡No tienes remedio! No estoy preparado para anunciar mi divinidad al mundo” (es decir, haciendo un milagro y un poco de vino en público).

Así es como se desarrolla Juan 2: en otras palabras, Jesús parece haber recapacitado y accedido a la petición de su madre, aunque no se nos dice qué provocó este cambio de opinión. ¿Fue un deber filial -un hijo que obedece el deseo y la orden de su madre- o se dio cuenta de que tal vez era el momento ideal, cuando había una multitud reunida, y él era el único capaz de proporcionar el vino que se necesitaba para bendecir esa unión?

Juan 2:1

No hay forma de saber con certeza por qué Jesús eligió unas bodas en Caná para realizar Su primer milagro (Juan 2:1-11). Sin embargo, podemos formular hipótesis, y contamos con algunas profecías del Antiguo Testamento que nos ayudan a reconstruir algunas posibilidades.

Parece que la familia de Jesús tenía una estrecha relación con el acontecimiento de Caná. El hecho de que la madre de Jesús, María, se preocupara por la falta de vino (Juan 2:3) sugiere que participó en la planificación y organización de la boda. El hecho de que después de la boda los hermanos de Jesús viajaran con Él a Cafarnaún (Juan 2:13) indica que toda la familia de Jesús estuvo presente en la boda. ¿Pudo ser la boda de un pariente de Jesús o de un amigo de la familia? Es muy posible. Tal conexión explicaría la presencia de Jesús en la boda, pero no su decisión de realizar allí su primer milagro.

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Una consideración es la del honor. En aquellos días, el honor familiar era de vital importancia. Las bodas solían durar siete días, durante los cuales la comida y el vino suministrados por las familias de los novios fluían libremente. Quedarse sin uno u otro implicaba ser un anfitrión desconsiderado o empobrecido. Quedarse sin vino deshonraba el nombre de la familia. Como favor personal, María pidió ayuda a su divino Hijo. Su familia estaba a punto de ser avergonzada en la comunidad, y ella sabía que su Hijo podía hacer algo al respecto.

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